Al no saber vivir de manera equilibrada y abusar de las medicinas, día tras día nos intoxicamos sin darnos cuenta de ello, pues hemos dejado a un lado la sabiduría que nos regala nuestro cuerpo. Pensamos que no tenemos tiempo para enfermarnos y mucho menos para recuperarnos; vivimos tan apurados y pendientes de las cosas mundanas, que ni siquiera nos damos el tiempo de indagar y buscar cuales son las causas que provocan nuestra enfermedad.
Antes de llenarnos de medicamentos que sólo camuflarán nuestro dolor debemos preguntarnos ¿qué me ha pasado que podría estar causando este malestar?
Si somos conscientes y nos damos el tiempo para aprender a conocer nuestro cuerpo, a escucharlo, a cuidarlo, respetarlo y quererlo, cuando nos sintamos enfermos o padezcamos de algún dolor físico no dudaríamos en buscar la causa e intentar sanar a través de otra vía que no sea una píldora.
Tal vez ayude un descanso, quizás una agüita de hierbas, alimentación saludable, incluso un ayuno en el caso que fuese necesario, pero siempre acompañado de una profunda reflexión sobre el cómo se generó mi dolencia.
Es importante que revisemos nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestros sentimientos día a día, pues vivimos en la polaridad y transitamos de la alegría a la tristeza, de la calma a la rabia, de la paz al miedo, y una forma que nos permitirá actuar con la conciencia necesaria para escuchar y conectar con lo que nuestro cuerpo y nuestra alma quiere para nosotros es dejar de vivir la vida, de manera mecánica y sin darnos el espacio para reflexionar sobre el por qué nos suceden las cosas.
Al comenzar a amar nuestro cuerpo, a nuestro templo, ese templo que refleja nuestra alma y nos hace posible vivir esta vida, podremos sentirnos tranquilos, y al darnos las pausas necesarias seremos más conscientes y felices.
Si eres consciente de tu cuerpo, cambiarás hábitos que te dañan, si estás consciente de tus emociones, sanarás tu cuerpo con tu propia medicina; mente y corazón conectados y vibrando con la misma frecuencia, con la frecuencia del amor.
Algunos consejos prácticos que puedes hacer en casa:
1- Da las gracias por los alimentos antes de comerlos.
2- No comas, salvo que sientas hambre. Esto te ayudará a no sobre alimentarte.
3- No tomes líquidos antes de ir a dormir ni mientras ingieres alimentos.
4- Mastica la comida totalmente antes de tragarla, los nutrientes se absorben mejor de esta forma.
5- Realizar ejercicios diariamente te ayudará a fortalecer tus músculos.
6- No comas carne todos los días.
7- Realiza ayunos en las estaciones templadas, y siempre que puedas, esto te ayudará a limpiar tu cuerpo internamente.
8- Aliméntate con comidas calientes, tibias, neutras, frescas y también frías, dependiendo de cómo te sientes (No es aconsejable comer alimentos muy helados cuando sientes frío)
9- Intenta tratar la enfermedad con una dieta saludable.
10- Si lo requieres, no postergues los tratamientos médicos, pero cuando sea oportuno debes dejarlos.
11- Equilibra tu trabajo con un correcto descanso.
12- Dormir es una necesidad, todos debemos descansar. (No exageres en dormir, ni te apartes muchas horas de la luz solar, pues hay muchos beneficios en ello)
Con esta reflexión los animamos a no olvidar escuchar cuando nuestro cuerpo nos habla, para que escojamos lo que necesita para sentirse sano. Nunca dejes de lado la alimentación espiritual ya que nos entrega una inyección de vitaminas espirituales, de amor y esos nutrientes tan necesarios para el desarrollo de nuestra alma.
Hace poco invitamos a un médico a conversar sobre nutrición, puedes ver el video aquí:
Articulo escrito por Carolina y María del Carmen de Harmony mente corazón
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